A tino lo tenía un señor amarrado en una casa abandonada. Estuvieron por varios días yendo a visitarlo y llevarle comida y agua porque el señor no lo alimentaba ni le daba cuidados. Estuvieron insistiendo en que les dieran a Tino para poder sacarlo de ese lugar pero el señor no quería entregarlo, hasta que por fin un día acepto y pudieron rescatarlo.